En las Manos del Gran Alfarero
...Ustedes pueblo de Israel, son en mis manos
como el barro en manos del alfarero... (Jeremías 18 parte del verso 6).
Que mucho hemos leído este versículo bíblico e
inclusive le hemos cantado al Señor, que queremos ser como el barro en sus
manos y que él nos moldee.
Pero realmente sabemos lo que estamos pidiendo o
las consecuencias y el dolor por el cual vamos a pasar en el proceso. Para
entender bien la Palabra me fui más allá y busqué como se trabaja el barro y
las etapas por las cuales tiene que pasar hasta convertirse en una pieza.
El barro es pasado por una serie de etapas hasta
formar una pieza y de no trabajarse es nada, es simplemente un pedazo de barro
sin forma y sin belleza alguna. Así somos nosotros cuando estamos sin el Señor
simplemente nada, una pieza sin forma. Una pieza que no dice nada. Llena de
imperfecciones, llenos de defecto, sin futuro y sin esperanza.
Primera etapa: Amasarla
Lo primero que hace el alfarero trabaja con la masa
sin forma, comienza amasándola, sacándole toda la imperfección que pueda tener,
tanto es así que si se le deja una burbuja de aire a esa pieza, cuando llega al
horno explota y no sirve.
Así que cuando llegamos al Señor, el con amor,
comienza a sanar nuestra herida, a sacar imperfecciones que habitan en nuestro
corazón. Nos da un nuevo corazón.
Segunda Etapa: Moldear
La segunda etapa es moldear. Se le forma hasta
convertirla en vasija. Formando cada lado con paciencia. Las paredes en esa
vasija tienen que ser iguales, si no los son, entonces esa pieza hay que
romperla y volverla a hacer. Las paredes de la pieza tienen que estar sin
rajaduras y uniformes. Diseñada con sus manos piezas únicas y diferentes. A esa
Vasija se le va echando agua para ayudarla a mantenerla en forma.
Nosotros somos moldeados en carácter, mente y en
actitud. Siendo cada pieza única. Cada una diferente, y cada una con una
belleza especial. Tú eres esa vasija especial, única y creada por Dios.
Con la Imagen y belleza del Señor. Esa Agua que
utiliza el alfarero para mantener la pieza es la Palabra de Dios en ti. Es ese
manantial que recibimos día a día cuando le buscamos. Cuando las paredes de la
vasija no son iguales es cuando el pecado nos toca, ese pecado es el que nos
hace imperfectos, y entonces El Alfarero tiene que romper y empezar de nuevo.
Tercera Etapa: Dejar Secar.
La tercera etapa es dejar secar. Ya un poco más
dura la pieza, se limpia con una lija fina y esponja húmeda para cualquier
imperfección que quede.
El Señor sigue tratando con nosotros con esos
pequeños rasguños que todavía están al descubierto, pero es necesario que el
los lije y los arregle. Cada día el Señor está trabajando en nosotros para prepáranos
cuando estemos en el fuego.
Cuarta Etapa: Horno
En este momento la pieza está casi terminada y lo
que falta es meterla al fuego. Pero esta no es la última vez que la pieza entra
al horno, muchas veces es necesario que vuelva varias veces para terminar el
trabajo.
Como cristianos estamos expuestos a ser probados,
entrar al horno a ver si aguantamos calor o nos quebramos. Diariamente pasamos
por experiencias y situaciones que nos hacen sentir dentro del horno. Como
criaturas que no hemos alcanzado perfección entraremos en el horno muchas veces
por que es necesario que el Alfarero que comenzó la obra en nosotros la
perfeccione día a día hasta el día de su venida. Así que cada vez que sientas
que estás en el horno, no te aflijas que el Señor te está preparando para lo
que viene.
Eres Vasija preciosa en las manos del Señor él es
tu Creador y el Alfarero de tu vida, permitirle a la lija del Espíritu Santo
lijar cada aspereza y cada grieta en ti para que así alcances perfección.
Permite ser vasija marcada con las huellas del
Alfarero en ti.
Las únicas marcas que quiero en mi vasija son las
huellas del Gran Alfarero.
D. Espendez ©copyright 2009
Oye Dianita...cada dia me gozo más con las maravillas que está haciendo el Señor en ti...
ResponderEliminarTremenda refleccion, Bella y hermosa inspiracion, Dios te continue bendiciendo y dando inspiracion! Pastora Karen
ResponderEliminarQue hermosa reflexión... Dios inspira el arte de la palabra en ti. A fé é sempre maravilhosa! Deus te abençoe!
ResponderEliminarDiana Sigue dejandote uasr por Dios como hasta ahora lo estas haciendo eres un vaso en las manos de el Todopoderoso Que Dios Te Bendiga
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