Dios es el mismo, ayer, hoy y siempre


Que muchas veces oímos a la gente decir; "Dios es el mismo de ayer. Es el mismo que estuvo con el pueblo de Israel durante 40 años dirigiéndoles en el desierto. El mismo Dios que libró a Daniel del fozo de los leones. El Creador, El dador de la vida, El León de Judá... Es el mismo Dios, para mi es el mismo.

Les voy a relatar de lo que le ocurrió a un grupo de jóvenes universitarios en busca del rostro de Dios hace unos años atrás. Estos jóvenes se reunían en las horas del mediodía para alabar al Señor y estudiar su palabra. Estos jóvenes tenían su área de reunión debajo de un árbol en los terrenos de la universidad. Las reuniones se daban al aire libre y a la merced de las condiciones del tiempo. Si en algún momento comenzaba a llover, corrían para no mojarse. Eran muchas las veces que corrían. Hasta que llego el día de no salir corriendo. Que fecha fue, realmente no me acuerdo, pero eso es irrelevante, pero si les puedo decir, que sé que ocurrió porque yo estuve allí. Aquel día fue especial, había un mover del Espíritu Santo, olía a milagro... Ese día fue especial eso no quiere decir que los demás días no eran así, al contrario, todos los días lo eran. Pero aquel día tenía algo. Es como el año tiene 365 días de los cuales hay unos que son especiales para ti, como por ejemplo un cumpleaños o un aniversario. Pues aquel día tenía eso. Nos congregamos y comenzó nuestra adoración y nos envolvimos en simplemente adorar al Señor sencillamente con nuestro corazón, comenzamos a enamorar al Señor, como un novio diciéndole cosas bonitas a su novia en el oído, que solo ella puede escuchar. Así estábamos en pleno romance. Estábamos tan envueltos en la adoración que no nos dimos cuenta de que comenzó a llover y por primera vez no corrimos, nadie quería correr aquel momento no se podía romper, no queríamos que acabara. Lo maravilloso de todo esto además del momento con el Señor fue que en aquel circulo donde estábamos no llovía, estábamos secos y también nuestras cosas. Gente fuera del círculo corría para no mojarse y nosotros estábamos ahí en nuestro momento con Dios sin mojarnos. Ese es mi Dios, el mismo hoy, ayer y por siglos. El mismo Dios que está esperando hacer un milagro en tu vida. El que en medio de la lluvia te dice que estés quieto y que esperes que Él te guardará de la lluvia para que no te mojes.

Diana L. Espendez

©copyright 2009

 


Comentarios

  1. Yo estuve alli y experimenté esto tan maravilloso... Dios es grande y estoy totalmente de acuerdo contigo... el tiempo de los milagros no ha pasado y Dios quiere que descansemos en El, no importando cual sea la situación que estás pasando, al momento que decidas confiar, El te guardará de la lluvia, de la tormenta, del fuego, etc... Dios es bueno siempre, amén!!!
    Pastora Karen

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