EL VIVE

A veces me pregunto por qué hay personas que no creen en Dios. Yo recuerdo desde pequeña siempre se me enseño acerca de Dios. Aunque no íbamos regularmente a la iglesia, tanto mi mamá con mi abuela eran mujeres de mucha fe. Así que creer en Dios era algo con lo que crecí. Aunque crecí creyendo no había tenido nunca un encuentro con Dios, si le oraba y le pedía, pero lo veía como algo bien distante e inalcanzable.

Dios es un caballero y toca a la puerta de nuestros corazones y está en nosotros dejarle entrar y permitir que el viva en nosotros.

Recuerdo de pequeña visitar a mi papá en el área oeste de la isla donde vivo, al quedar lejos del área metropolitana eran pocas las veces que podía compartir con él, y cuando lo hacía era en mis vacaciones de verano. Uno de esos veranos mi vida había quedado marcada para siempre. Durante esa época mi papá guiaba la guagua de la iglesia donde él asistía. En el camino a la iglesia ponían una cinta de un cantante cristiano, fue ahí donde escuche la canción que cambiaría mi vida para siempre. Hoy en día todavía recuerdo los versos y mi alma se conmueve a la presencia del Señor.

Los versos de aquella canción decían así:

"Si lo vientos te obedecen, si la mar por ti se calla, porque hay hombre que dicen que tu no vives. Si la tierra tú la riegas con el agua de los cielos porque hay hombres que dudan tanto de ti. Es preciso que las flores les dijeran a los hombres por cual mano todas ellas fueran creadas…Si quieres vete a contar cada estrella que alumbra lo negro de un inmenso cielo, si no puedes confiesa que Dios es real y no cuento. Es que es muy grande no se puede negar…Yo sé que Él vive pues lo veo en la risa de un niño cuando voy pasando ... Que hay Dios verdadero que hizo toda la creación."

Esa canción me conmovió e impacto mi vida. Hoy en día al encontrarme aquí escribiendo te puedo decir que al recordar la letra me sigue conmoviendo como aquel día cuando la escuche por primera vez.

Como no creer en El, si todo a mi alrededor me dice que El existe y que Él es real. A veces como creyentes por todas las circunstancias por las que pasamos, nuestras vidas son estremecidas de tal forma que dudamos de Él, de su presencia en nuestras vidas. La vida cotidiana nos ciega de la grandeza y le veracidad de la existencia de Dios. Y no vemos que Dios se nos muestra en la sencillez de lo que nos rodea. Recuerdo la mirada de ternura de mi abuela y puedo decir que Dios estaba allí, puedo mirar el mar a la distancia y puedo decir ahí está Dios, en la tierna sonrisa de un niño, ahí está Dios.

Lamentablemente no nos damos cuenta de que somos embajadores de Dios en la tierra. Muchas veces actuamos de una forma y no pensamos que si obramos diferentes podemos reflejar el carácter de Dios y que la gente pueda ver a Dios a través de nuestros actos. Así la próxima vez que alguien te pase por el lado, sonríe para que esa persona vea Dios reflejado en ti. Cada paso que des, que tu vida misma sea un reflejo del carácter de amor de Dios. Muestra misericordia y compasión para los que te rodean para que la gente que ha perdido la fe pueda decir que Dios es real y que él vive en nosotros.